jueves, 26 de enero de 2012

Alfred Jarry


Alfred Jarry
Alfred Jarry comienza a proponer una cuestión que tendrá un enorme eco en las siguientes generaciones, la posibilidad de construir una obra en continuo cambio, en una metamorfosis eterna, de la cual el espectador se hará cargo. Para conseguir este efecto, Jarry cree que es necesario que la obra se convierta en un espacio para lo heterogéneo, de mestizaje, de sentido inestable, donde el espectador proyectará sus propias interpretaciones. Este tipo de obras deben contener elementos contradictorios, característica que aparecerá en el Dadá, en el Surrealismo y en el Teatro del Absurdo, con el fin de ofrecer al espectador una obra de forma fragmentada que nunca se puede dar por terminada.
Este afán por el encuentro de contrarios es la base fundamental de la Patafísica, el colegio que se dedica al estudio de las soluciones imaginarias y las leyes que regulan las excepciones. Los inicios de esta ciencia se podrían situar en la adolescencia de Alfred Jarry y sus clases de física con el profesor Hébert. De la observación rigurosa de este docente torpe y grandullón germinará la idea de un personaje al que Jarry finalmente Ubu. En su obra más conocida y más influyente Ubu, un ser gordo, codicioso, tiránico, glotón, cruel y cobarde quiere apoderarse del trono de Polonia. El éxito de esta obra teatral consistió en su acertada crítica social y el nuevo lenguaje que introducía en las estructuras clásicas del teatro. Es a este personaje al que Jarry atribuye la creación de la Patafísica, aunque el texto fundador dice: “Gestas y opiniones del Doctor Faustroll, patafísico”.
La Patafísica se presenta como una ciencia de lo particular e interesada en las reglas de las excepciones científicas. Aunque Jarry es su inventor, su tendencia autodestructiva y su creciente adicción al alcohol le impiden ver publicados los primeros textos. A pesar de su desaparición, la Patafísica será recuperada en 1948 por ilustres personajes como Raymond Queneau, Eugene Ionesco, Max Ernst, Marcel Duchamp o Joan Miró entre otros. Este colegio conformado por tan ilustre plantilla, investigaba las leyes que conforman las excepciones, intentando explicar un universo que deberíamos ver más a menudo que el universo tradicional que nos presenta la física con sus leyes. La Patafísica entiende las leyes generales de la física como un grupo de excepciones nada excepcionales, y por tanto carentes de interés, utilizando para la legitimación de esta afirmación el ejemplo de Pasteur o Fleming, científicos que aportaron novedades a la ciencia gracias a la aparición del azar.
Cartel del estreno de "Ubu roi"
El estreno de “Ubu roi” en 1896 en París causo un gran revuelo debido al uso de un lenguaje y unas situaciones que se encontraban fuera del teatro clásico. El público, entre seguidores y detractores, se manifestaron por medio de peleas y gritos, pudiéndose afirmar que bajo estas condiciones el público también actúa y forma parte activa de la obra. A pesar de tener que considerar que cualquier espectador es un observador activo, como afirma Jacques Rancière, no podemos negar que la reacción y la acción que realiza el público se convierten en parte de la obra, reconociendo en este punto lo que posteriormente se conocerá como “Teatro de la Crueldad”.
Alfred Jarry, a pesar de su prematura muerte, concretó las directrices del arte en el siglo XX. Su persona, enamorada de las marionetas y de los grabados, proporcionó un enorme surco por el cual caminaron artistas como Marinetti, Wedekind, Hugo Ball, Tristan Tzara o André Breton entre otros. Sus ideas definieron perfectamente el carácter de este siglo, adelantándose a su tiempo y preconizando la naturaleza absurda del mundo en el que vivimos, un mundo que sería azotado cruelmente por la Segunda Guerra Mundial, legitimadora oficial de los pensamiento de Alfred Jarry.

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